Kimberley Vlaeminck tiene 18 años y acudió el pasado domingo un tatuador con su padre y su hermana para hacerce un tatuajo en la cara, 3 pequeñas estrellitas de esas que estan tan de moda, junto al ojo, escalonadas. Pero según comenta ella, se quedó dormida mientras el tatuador le realizaba el trabajo, las tres estrellas; pero al despertarse se vió la cara con 56 estrellas. Medio rostro repleto de estrellitas que no le gustan nada a la piva belga; a mi tampoco la verdad.
Ahora vienen las culpas de la joven, "Me desperté a tiempo, antes de que me tatuara la nariz", por lo que lo ha denunciado y añade "Después he visto lo que me hizo. Conté 56 estrellas. Es horrible", añade. Dice que el tatuador no le entendió por que es de origen rumano "Creo que no entendió qué quería hacerme", y le cobró 65 euros.
Pero el tatuador de 36 años se defiende: "Mi cliente estuvo despierta durante toda la intervención [...] no la he hipnotizado, ni drogado, ella estaba de acuerdo", añadiendo "Los problemas vinieron cuando el padre y el novio han visto el tatuaje, que costó 65 euros".
Muchas cosas raras hay aquí, primero que un tatuaje como ese no cuesta 65€, ni loco, por lo menos en España, nose como será en Bélgica. Segundo que no te quedas dormida mientras te hacen 56 estrellas en toda la cara sin darte cuenta. Después, que si la hermana está esperando junto al padre, no se dan cuenta que tarda demasiado para tres estrellas simplonas. Nose quien tiene la culpa, pero tiene la cara que parece la costelación de Andrómeda y el tatuador se ganó una denuncia.
Fuente: Que,
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