05 junio 2011

.Vuelo Colectivo.

Hace buen día, el tiempo acompaña según lo que nuestra especie considera  las condiciones óptimas para disfrutar del globo que pisamos.  Con las posaderas traseras reposando sobre un banco, el brazo izquierdo descansa alargado sobre el respaldo, la cabeza va cayendo, por la fuerza de una gravedad que realmente no comprendemos del todo, hacia atrás, paulatinamente, pero sin pausa, cae. Nos dejamos vencer en esa supuesta lucha, y la vista se eleva de nuestros pies al horizonte, seguidamente al cielo, unas nubes a lo lejos; pero sigue bajando la nuca en su batalla perdida. Sube la mirada. Nuestro campo de visión prosigue su ascensión, al tiempo que nuestra cabeza cae. Es ahí donde observamos un grupo de aves que vuela, por rutina, como en comunidad, colectivamente, formando como un nuevo ser, un ser colectivo, compactos, compartiendo cada uno de sus movimientos al unísono, a la par, al compás de un tempo interno no planificado pero contundente y bello, no dictado, un pacto sin firma, un pacto de contacto, miradas, sensibilidades cercanas, roses sinceros y reales, y trascendentes, y ascendentes,  y con fines colectivos.

Con sus metodologías propias, rutas, caminos, formas, recorridos... Aletean con la tranquilidad al tiempo que efusividad, del que sabe cual es exactamente el siguiente paso. Sin tener que pensar lo mas mínimo. Seguridad en el conjunto. Solo volar. Bello como poco el sentir miles alrededor con el mismo sentimiento, por la dificultad que nos parece el acto.


Que nos distará a nosotros y nosotras, aprendices continuos; de estas aves. Nos movemos igual, siguiendo la fuerza de la corriente imaginaria que nos empuja, al ser placentero  el movimiento. Asiduos a repetir los actos que observamos, espero que cuestionándolos primero. La capacidad de replantearnos todo y mejorar es nuestra.
Igual las aves continúan sus rutinas migratorias durante siglos sin saber el motivo, solo vuelan, solo salen, solo llegan, solo vienen, solo van, o solo les llevan... Pero y si... !sí¡, una ave prueba a cambiar un poco la rutina, a realizar una pirueta con una inclinación ligeramente diferente a lo que se lleva haciendo habitualmente, sin olvidarse del resto, porque solo no es, porque juntos son. Y son, y serán. Modificando, como parte de la evolución; el movimiento colectivo, para mejorarlo, en ningún momento para dejar de volar en grupo, porque si no se vuela no se es ave, o si, pero un ave pasiva, recibidora, conformista. Porque no recibe elogios quien tiene alas y no vuela.


Esperante estoy de una colectividad donde existe la duda, donde las corrientes de aire nos muevan pero según nuestros criterios. Aprendices de desaprender, que diría Punset. Los movimientos masivos e intuitivos siempre nos llevarán a un destino, hagamos que a buen nido. Nos vendrá bien volar solos unos días, sabiendo que nos juntaremos otra vez en cualquier momento, y seremos uno, uno seremos al juntarnos otra vez en cualquier momento. Porque ya somos uno.


Ahora, tras la pequeña reorientación, reestructuración,  tras el replanteamiento de los pasos, el baile aéreo será mas bello, reforzado, evolucionado y con mas fuerza que nunca.



Imagenes, video: TronicStudio, BirdandCience,  Geog

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