23 mayo 2011

.Sonrío al Sol.

Dícese en muchas bocas diferentes que un círculo se repite a lo largo de la historia, la historia autoescrita que escribimos, o nos escriben. Líneas sujetas a nuestra enfermedad mental de la imaginación incansable y la inconformidad. La rueda que gira y gira. Bordeando un aro por el cual vamos caminando tropezándonos con todo, que nos lleva a repetir acción tras acción, sin caer en la cuenta de que pasamos por los mismos lugares, como quien se desorienta en el bosque. Mil veces. Como si el ir cambiando los nombres de las cosas hicieran que fueran otras diferentes. Es que, como caminamos semidormidos, y vivimos  luchando con estos párpados tan pesados, no somos capaces de observar los puntos de referencia que surgen en el camino.
Gracias a los grandes edificios y alargadas farolas no se ven las estrellas y no podemos orientarnos. Pero tras la luna, la bella Selene, unas pocas horas después, Sol, se levanta de su cálido dormir. Sol es tan fuerte que aunque se intente ocultar y contra él se luche: siempre se le ve. Cuanto mas fuerte se siente su calor, mas nos hace a los humanos salir a la calle. Si nos damos media vuelta y caminamos en la dirección contraria, puede que algo encontremos que nos haga saber el siguiente paso en el camino al volver a nuestra ruta original.

Templo al Sol, a Apolo, en Naxos (Grecia).
En la antigüedad, esa antigüedad mitificada excesivamente en muchas ocasiones, como es la griega, cuando la gente se reunía en plazas al sol en el centro de las polis, para dar paso a conversaciones, reuniones y discusiones pacíficas; sobre los temas importantes de la vida personal, mental, social, política, e incluso religiosa. Eran vigilados y secundados bajo el mirar atento de Apolo, dios del Sol.  Cuando quizas la necesidad llevó a la acción. Debido a la necesidad de arreglar desperfectos politico-sociales.



Es ahí, en ese cuando, que las gentes se juntaban en Ágoras, en asambleas al sol, donde iba transportándose el turno de palabra de boca en boca, cortés y civilizadamente, entendiéndose esto como la educación y el respeto. Precisamente uno de los significados con los que se relaciona su nombre, Apolo es "Asamblea", también conocido como portador del título al Dios de la vida política. Los antiguos lo apreciaban por ser encargado también de los rebaños, la purificación, la verdad, la curación; el "Padre Luz".

En Ágoras se reúnen mentes pensantes, mentes acarreadoras de respuestas, pero sobre todo de preguntas. Y sabiendo plantear las preguntas correctas, solo así, se llegará a encontrar buenas respuestas, que sirvan a modo de andamios, como andamios que sujetan lonas con cuerdas para protegerse de la lluvia que cae fuertemente sobre nuestras cabezas. Pero cuidado con los Sofistas, ellos obtienen beneficio económico de las decisiones que afectan a la comunidad. Todo se tuerce cuando en el discurso del bien común se esconde el beneficio propio, con la intensión insana de producir satisfacción bajo mentiras. O eso nos advertía el gran Sócrates, hace ya mas de dos mil quinientos años, y eso parece que vemos hoy por aquí también.

Sol, el gran Apolo, no se irá, por que su divinidad y consistencia le perpetuará en el Olimpo aunque no sea visible donde habitualmente se le viene encontrando. Pero aquí sigue, aún no se ha ido. El tiempo le pronostica una gran longevidad, por mucho que Dionisio o Cronos jueguen bien sus cartas. Mañana vuelve a salir el Sol, vuelve Apolo a cabalgar los cielos en sus caballos de fuego, y las asambleas volverán a dar luz a las polis en Ágoras, lugares que vuelven a encontrar el bullicio de las mentes intrigadas por el buen venir de nuestras gigantescas aldeas creadoras de polución. Sin perder las fuerzas, al contrario: Sonrió al sol.

Imágenes: SuraliaMizar.
Info: Wikipedia 


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos a repasarnos el tatuaje