17 septiembre 2011

.Pon el alma en ello.

Esta vida hiperactiva mental y física que llevamos resta tiempo para la pausa, la meditación que dirían mentes mas espirituales que la mía, no por ello menos mística y buscadora de la misma paz. Pero siempre hay instantes acaparadores entre el murmullo. Bellos, cómo andar entre las mareas humanas urbanitas, con prisa, mirando el reloj de muñeca, o en el teléfono móvil; para no llegar tarde, aunque sabes que lo vas hacer, pero te niegas a asumirlo y aceptarlo. Mas se cruza frente a ti la más bella persona vista en meses, como espejismo, y te detienes, olvidas todo, porque todo no es importante ante tal inmersiva, atrayente y grandiosa visión. Cómo aquel que anda por el desierto despavorido y ansioso en busca del oasis que siempre sueñas que exista pero nunca aparecerá, pero aparece, claro que aparece; y suele aparecer justo en el instante que dejas de buscar. Pero hay que poner el alma en ello.


Y porqué digo esto, porque realmente desconozco el verdadero motivo, pero es lo que a mi cerebrillo ha llegado tras ver el corto de Rodrigo Blaas, bello y exquisito en cuanto a diseño, guión e intención se refiere. Que tiene unos añitos, pero los años nunca son impedimento para la belleza, que eterna es, cuando es. También he encontrado que contará en no mucho tiempo con un largometraje que seguirá la idea principal del mismo y será dirigido por Guillermo del Toro, director y guionista del fantástico e inigualable "Laberinto del Fauno".


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