Que bello andar el del agua al tocar tierra, mas no menos hermoso el caer desde las esponjosas nubes hasta nuestro lugar de andar. Hipnotiza su baile natural y sincero, sus reflejos de luz hasta cuando está parece a nuestro mirar que inexistente es. Deseosa nuestra alma, como nunca deja de serlo; capaz de controlarla, llevarla por los causes que deseemos, en nuestro incansable necesitad de sentirnos controladores, organizadores y creadores en el mundo este que nos rodea y desconocemos. Mas ello no debe ser sustraendo de agrado y complacencia a nuestro intelecto y gusto. Y que mas bello que el control del h2o para crear.
Fuente: ElRecavorFabron
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